La Diligencia y El Gozo



   Foto de Neslihan Gunaydin en Unsplash
 

Hace una semanas  tuve la oportunidad de enseñar en el grupo de hombres de nuestra iglesia, y uno de los temas a los que se dirigía mi enseñanza era sobre la diligencia; esta característica debe de ser el cristiano algo fundamental en la manera como obedecemos a Dios.

Normalmente pensemos en la diligencia como un atributo que debemos de tener solo en la iglesia, pero Dios me manda a ser diligente en mi hogar en la manera como enseño como padre los mandamientos de Dios a mi familia (Dt. 6:6-7), pero también Dios me manda a ser diligente en mi trabajo ya sea que trabaje para un jefe o que tenga su propia empresa.

En proverbios encontramos muchos versículos que nos anima a buscar diligencia en mi vida laboral: Prov. 10:4 me dice que la mano del diligente enriquece. Y claro está que en la biblia hay suficiente evidencia que Dios es quien determina la manera en que nosotros vamos a vivir y quien determina el sustento que vamos a tener para nosotros y nuestra familia; pero esto no quita la idea que es real también que el diligente encuentra la aprobación y bendición de Dios al obedecer y seguir el ejemplo de un Dios cumple su perfecto plan.

Pensando más en nuestro trabajo, creo que Dios nos ha dado la oportunidad de ver nuestra vida como una oportunidad para trabajar y gozarnos en la bendición que tenemos de poder trabajar. Cuando Dios creó al primer hombre, Dios le asignó el trabajo de darle nombre a todos los animales en la tierra y ese era el trabajo que Dios le Dios a Adán, y aunque esto no parece muy espiritual yo me imagino en el gozo que tenía Adán de cumplir la voluntad de Dios y de la oportunidad que tenía al cumplir su labor de poder presentarse ante Dios para tener esa comunión con el padre y saber que había estado cumpliendo el propósito por el cual Dios le había creado.

Posteriormente el génesis nos muestra la creación de Eva y el establecimiento de la primera familia de la cual naceríamos todos como raza humana, y eso es algo que me trae mucho gozo también, saber que en el jardín del Edén las dos asignaciones que se le dio a Adán fue la de trabajar (Gen 1:28 hablar de someter  la tierra y ejercer dominio sobre ella) y la de cuidar de su familia; pero nos olvidamos muchas veces que el lugar del Edén es un lugar de gozo y plenitud en donde habitaba la presencia de Dios y en donde el hombre encontraba plenitud. 

Eso me hace pensar que el trabajo y mi familia son lugares en donde, como cristianos que hemos sido redimidos, nosotros debemos encontrar también gozo y plenitud de buscar hacer la voluntad de Dios. Lastimosamente muchas veces encontramos nuestro trabajo como un lugar que tengo que hacer "obligatoriamente" para buscar traer el pan necesario para mi familia, y yo se que una de las consecuencias de la caída de la humanidad es que con "sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra" sin embargo creo que la clave es entender que fuimos perdonados por el Señor y que fuimos redimidos para una nueva vida; por tanto nuestra vida debe reflejar ese gozo y esa comunión que tenemos ahora con el padre.

Al referirme a lo anterior, no quiero tratar de decir que debemos de invertir mas tiempo en nuestro trabajo de lo que hacemos normalmente, sino mas bien tratando de cumplir la labor que me ha dado Dios para que yo sea responsable y que pueda ser diligente en la manera que me conduzco mientras trabajo; el Rey salomón escribió en el libro de Eclesiastés acerca del trabajo, diciendo que al final todo es vanidad cuando hacemos nuestro trabajo lejos de la voluntad de Dios (Ec. 2:11) por tanto yo necesito ver mi trabajo como una actividad que Dios usa no solamente para encontrar hacer la voluntad de Dios, sino también pensar que Dios a través de mi trabajo puede obrar para que yo sea formado conforme a sus propósitos. Ecl. 1:3 habla Salomón como que no tiene provecho, y claro esto lo hace desde unas perspectiva en donde nos encontramos lejos de la voluntad y el plan de Dios, por eso el escritor dice "que provecho" en manera de pregunta, pero no debemos de olvidar que las labores para el ser humanos son parte del plan de Dios y no son consecuencias o castigos para el hombre y mujer que fallaron en el jardín del Edén.

Col. 3:17 nos manda a hacer todo "haganlo en el nombre del Señor, dando gracias a Dios por medio de Él" asi que cuando dice todo, claro que esta incluyendo todo porque esa es la voluntad de Dios. 

 

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